#11 | “Ya nada va a ser igualâ€
“Ya nada va a ser igual, vos no vas a ser igual.
El fin de las vacaciones, de las mejores.â€
El mató un policÃa motorizado
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Fue realmente muy complicado controlar el dolor que Guillermo sufrÃa en su rodilla producto del cáncer que  ni la quimioterapia ni los rayos habÃan logrado curar.
Los dolores de difÃcil tratamiento son tanto un verdadero desafÃo para el paciente como para el paliativista. En muchas ocasiones se requieren múltiples medicaciones, terapias no farmacológicas y mucho más del tiempo deseado para dar en la tecla analgésica que aporte algo de alivio entre tanto padecer.
Y es entre difÃcil y cÃnico pedirle paciencia que “estamos pensando que droga puede funcionar†a alguien que no duerme hace dos semanas por el dolor.
Finalmente, luego de varias pruebas terapéuticas y ascensos de dosis de analgésicos, Guillermo logró jugar a la Play, chatear con su novia y mirar un partido de Banfield sin retorcerse de dolor por las descargas eléctricas que sentÃa cada cinco minutos en su pierna.
Al fin él, su familia y los médicos respirábamos aliviados.
Buenos Aires, 1989.
La profesora de séptimo grado nos pidió que buscáramos en el diccionario el significado de algunas palabras como tarea para el hogar. Enorme fue mi sorpresa cuando leà que la Real Academia Española definÃa al  dolor como:
1) Sensación molesta y aflictiva de una parte del cuerpo por causa interna o externa.
2) Sentimiento de pena y congoja.
Algo tan tangible y tan intangible definÃan de forma inequÃvoca a una misma cosa sin faltar a la verdad en ambos casos. Descubrimientos como éste son tan angustiantes como icónicos en la historia de un niño que se abre al mundo y van trazando su camino a pesar de no ser consciente en ese momento.
El incendio parecÃa estar controlado, pero aquella tarde de agosto se reavivó con toda su furia. Guillermo habÃa ido al hospital a un control y se cruzó con un grupo de adolescentes voluntarias llenas de vida que iban a llevarles regalos a los pacientes internados en la vÃspera del dÃa del niño. Súbitamente esa noche el dolor volvió a ser incontrolable como si las drogas y los ejercicios de meditación que lo habÃan alejado durante más de un mes se hubiesen transformado en agua por arte de magia (negra).
Cuando un dolor es tan insistente que no da tregua, no queda mucha cabeza para otros pensamientos. Esa sensación desagradable capitaliza nuestras ideas y la única preocupación es alejarlo como sea de nuestro cuerpo y mente para poder seguir viviendo la vida.
Londres, 1967.
Mientras The Beatles y The Rolling Stones editaban Sgt. Pepper´s Lonely Hearts Club Band y Their Satanic Majestis cambiando la música para siempre, una médica llamada Cicely Saunders fundaba el St. Christopher´s Hospice. Este significativo evento para la medicina moderna marcaba un antes y un después: nacÃa el Movimiento Hospice el cual posteriormente serÃa el germen de los cuidados paliativos que hoy conocemos.
Aquella visionaria mujer postuló la teorÃa del dolor total, en la cual describÃa que dicho sÃntoma no sólo está conformado por el aspecto fÃsico sino también por sus componentes emocional, social y espiritual. Cada uno de ellos es tan responsable como el otro de causarlo y por ende desatender alguno de estos aspectos es un boleto de ida al fracaso analgésico. Cuando un paciente se ve afectado en todas estas esferas podemos afirmar que padece un dolor total, y por ende fracasaremos en nuestro intento de controlarlo si sólo  echamos mano a las drogas.
Al leer por primera vez esta teorÃa supe que ese niño de séptimo grado habÃa comprendido algo que recién ahora lograba poner en palabras.
Algo tan tangible y tan intangible definÃan de forma inequÃvoca a una misma cosa.
Guillermo tenÃa clarÃsimo hace mucho tiempo que su cáncer no tenÃa cura, pero aquella dolorosa tarde vio nÃtidamente con sus ojos y su corazón lo que su vida ya no serÃa jamás. Me contó entre lágrimas el dolor que le causaba saber que su novia iba a quedarse sola, que sus viejos y hermanos se mordÃan la lengua para no llorar pero él nunca en su vida los habÃa visto tan tristes, que su sueño de llegar a la primera de Banfield iba a naufragar mucho antes de lo pensado, que el miedo a la muerte no era tanto como el de saber que ya no iba a existir más.
¿Por qué otra vez el dolor?
¿Quién va a cuidar a mi novia cuando yo no esté?
¿Por qué a mà Doc?
¿Dónde está Dios que no lo veo?
Es tan conmovedor ver llorar a un adolescente ante el vacÃo que le genera su propia muerte. Guillermo estaba lleno de preguntas y yo no podÃa darle ni un cuarto de respuesta. Mi única certeza en ese momento era que estaba frente a un dolor total.
Sentà un deseo irrefrenable de llorar y abrazarlo, de decirle que yo también iba a extrañarlo y que me habÃa encariñado mucho con él. Pero por alguna razón que desconozco no sentà el valor suficiente para romper la barrera protocolar que indica que un médico no puede quebrarse junto a un paciente.
Hay noches que me despierto y no puedo evitar pensar en qué lugar de mi ser se habrá quedado enquistado el dolor y la angustia de ver a ese pibe de 15 años desgarrándose ante su propia final y no haberme permitido abrazarlo y llorar junto a él. Doy vueltas en la cama y las preguntas llueven sin control.
¿Por qué otra vez el dolor?
¿Quién estará cuidando a su novia?
¿Por qué a él?
¿Donde está dios que no lo veo?
A esa altura ya me resulta imposible conciliar el sueño.
Un vacÃo existencial se apodera de mis pensamientos y solo es cuestión de esperar la luz del dÃa para poder seguir jugando este extraño juego de la vida y la muerte del que a veces me cuesta mucho entender las reglas.
por JAVIER GALLO
Pediatra Especialista en cuidados paliativos pediátricos y escritorÂ
Primero Persona
Es el diario de viaje de un pediatra paliativista hacia el interior de sàmismo. Utilizando el relato y la reflexión como aliados intentará encontrar alguna respuesta a las tantas preguntas que irán aflorando en su actividad profesional.