Cuando una escuela experimenta una pérdida de un alumno, un docente, un padre o adulto significativo se ve frente a un gran desafío: ¿cómo vamos a hacer?, ¿cómo vamos a manejar esta situación con los niños?, ¿podremos con esto?, son sólo algunas de las preocupaciones que aparecen en los directivos y docentes cuando sucede una situación así.

El lugar que ocupa el tema del duelo en las escuelas es pequeño en comparación con otras temáticas. Desde el punto de vista de la formación, no abundan los docentes con formación específica en esta área (sólo 5% según nuestros propios registros).  El tema del duelo no suele formar parte de las currículas de formación de docentes. Tampoco es común encontrar instituciones que tengan dispositivos o protocolos para actuar en caso de situación concreta de fallecimiento.

Por otro lado, es sabido que los niños presentan desde edades muy tempranas un interés natural por el tema de la muerte. La combinación entre la escasa formación de los docentes, las distintas posturas y creencias frente al duelo y la muerte de los adultos en general y la necesidad de los niños y jóvenes de poder reflexionar, jugar o preguntar hacen de este tema una zona gris donde no siempre la necesidad del alumno se encuentra con el adulto disponible capaz de brindar respuesta y contención adecuada.

Llamamos Espacio de Asesoría en Duelo a la respuesta que damos cuando una escuela nos convoca frente a una situación de pérdida. Las tareas que realizamos con las instituciones son básicamente la contención emocional del grupo y la preparación y diseño de una respuesta organización al adecuada frente las necesidades y a las particulares de cada institución y de cada situación. Nuestra propuesta es llevar a cabo dos encuentros; el primero de ellos lo realizamos lo más próximo posible a la noticia de la pérdida y en general es con directivos y algunos docentes. En este primer encuentro buscamos conocer lo sucedido y los detalles que hacen a cada pérdida única, tanto por la persona fallecido como por las circunstancias particulares del fallecimiento.

 

En esta instancia acompañamos a la institución en la planificación de las primeras acciones a realizar, tanto a nivel docente, como con los alumnos y en algunos casos incluso con los padres. El segundo encuentro lo realizamos entre el 7° y 14° día y tiene como objetivo principal conocer cómo resultaron las acciones acordadas en el primer encuentro y analizar nuevos emergentes que hayan podido surgir. En cada uno de los encuentros vamos construyendo con el equipo una mirada/enfoque del problema a partir de la reflexión y de algunos elementos técnicos y teóricos propios del duelo y la muerte, aprovechando también para reflexionar sobre el impacto general de estos temas en la comunidad educativa.

Cuando sucede un fallecimiento o una situación de enfermedad grave, la escuela se ve sacudida y conmocionada. Su capacidad reflexiva para programar una respuesta y contención se ve a veces limitada. Las situaciones de muerte se caracterizan por comprometer seriamente las emociones, sin dejar el espacio necesario para poder pensar, planificar y actuar.

 

Las escuelas, dicho así, tienen una doble tarea frente a una situación de duelo: experimentar la pérdida desde lo afectivo en lo individual y grupal y continuar siendo escuela, en tanto institución dedicada a la formación, contención y educación de niños y jóvenes. Las situaciones de duelo son eventos indeseados con los que ninguna institución quiere encontrarse jamás. Parte de la tarea de la asesoría, aunque muchas veces el dolor dificulta entenderlo así, es descubrir la oportunidad educativa que estas situaciones, penosas, angustiantes, también traen.

 

 


Fotos

Melissa Cid
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más info del PROYECTO DUELO EN ESCUELAS
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