#12 | “Instrucciones para liberar llantos atragantados”

Hay veces que me atraganto las ganas de llorar. Que contraigo fuerte los músculos y contengo la respiración para que la emoción no se me cuele por los ojos.

Ocasiones donde el sufrimiento de una madre relatando la larga enfermedad de su hijo me supera y la tristeza hace todo lo posible por salir de mi cuerpo, pero yo estoico la reprimo en mi garganta.

Es un gran dilema irresuelto en mi cabeza de médico si está “bien” o “mal” llorar frente a un paciente y su familia, pero yo intento no hacerlo.

Mañanas que me sorprenden más frágil que de costumbre y el quejido de un niño que padece se me insinúa insistente y me cuesta no quebrarme.

Desconozco si por decoro, respeto, vergüenza o para no perder la cordura y estar atento a mi trabajo, pero hago todo lo posible por tragarme esa angustia y concentrarme en mi tarea.

Segundos donde soy consciente de que todo el dolor que vive esa familia perfectamente podría vivirlo la mía y el cuerpo se me estremece a punto de tener que apretar los dientes con fuerza para no llorar mi miedo.

Hay veces que me atraganto las ganas de llorar, y eso sin duda no es sano.

Imagino esas lágrimas nonatas, pero sobretodo esa tristeza -elemento esencial de la cual están construidas dichas lágrimas- acobachándose en algún recóndito rincón de mi cuerpo. Con el correr de las semanas se aglutinarán en un ente gelatinoso e inconsistente que el día menos pensado y sin aviso mutará en un monstro triste y avasallante que se me aparecerá por las noches en mis peores pesadillas. Todo eso pienso en el instante que me atraganto las lágrimas.

Es por esto que luego de varios años de represión lacrimógena he desarrollado y patentado un método que me permite liberar estos llantos atragantados y así evitar que el mostro llegue a formarse.

 

Queridos alumnos: lápiz y papel.

INSTRUCCIONES PARA LIBERAR LLANTOS ATRAGANTADOS

Este método será eficaz exclusivamente dentro de las 24 horas posteriores al episodio del no llanto. De haberse vencido dicho plazo me abstendré de recibir cualquier tipo de reclamo.

El sujeto deberá buscar un lugar cómodo e íntimo donde poder liberar sus lágrimas adeudadas. de no sufrir interrupciones inoportunas evitando el temible y peligroso llantus interruptus. Advertencia: un llanto reprimido en dos oportunidades de forma consecutiva requerirá la consulta de un experto en la materia.

Disponga pañuelos de papel o tela a mano. En su defecto una manga de guardapolvo.

Intente contar con un tiempo de llanto no menor al que su cuerpo le pida. No se conforme con unas poquitas lágrimas, no sea mediocre a la hora de llorar.

Inspire profundo, guarde el aire y recuerde esa sensación que lo invitó a llorar pero usted no aceptó la pieza.

En la mayoría de los casos con este simple recurso las lágrimas harán su entrada en escena y el resto solo será dejar que el río corra. Pero si así no funcionara podrá recurrir a estas sencillas e infalibles técnicas: escuche la canción Pipes of peace de Paul Mc Cartney y recuerde las mañanas de otoño en que su padre ponía esa canción en el tocadiscos, mire el gol de Maradona a los ingleses relatado por Víctor Hugo Morales, mire Coco -la película de Disney-.

Llore. Llore todo lo que pueda. A moco tendido y sin vergüenza. Hasta la última gota de lágrima que pueda producir su cuerpo. Agregue congoja y sollozo de ser posible.

Este método será más efectivo y sanador aún si el llorador finalizara la experiencia levemente agitado y con la cara hinchada como un sapo.

Haga un suspiro largo, acomódese la ropa, y siga normalmente con su vida habitual.

Sonría, usted ha hecho algo muy bueno por su equilibrio biopsicohídricoemocional.

 

Hay días que atragantarme el llanto es tan pero tan doloroso, que si no tuviera esta técnica, tendría que llorar junto a ese niño y su familia y supongo que tampoco sería tan grave.

 


por JAVIER GALLO
Pediatra Especialista en cuidados paliativos pediátricos y escritor 

Primero Persona

Es el diario de viaje de un pediatra paliativista hacia el interior de sí mismo. Utilizando el relato y la reflexión como aliados intentará encontrar alguna respuesta a las tantas preguntas que irán aflorando en su actividad profesional.

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